No hay nada malo en sentirse herido, la persona sensitiva e inteligente se siente herida, es natural. Es la memoria la que causa el sufrimiento. El hecho produce dolor, hiere, pero cuando quiero alimentar esa herida y cargarla, entonces comienza el sufrimiento. El sufrimiento es autoimpuesto. Cuando damos continuidad a un acontecimiento, cuando damos continuidad a las heridas que nos causaron, esa continuidad produce sufrimiento. El goce o el dolor que ello cause vívalo por entero, y al momento siguiente estará libre. Ningún residuo de las acciones, de los movimientos, debería ser transferido a la memoria.
Vivir en el momento en forma tan completa que no haya ningún deseo de mirar hacia atrás una vez que ya el evento terminó. Usted lo vive enteramente y muere a ello, queda libre, inocente y fresco de nuevo para vivir el momento siguiente. Es posible mantener el cerebro sin la tortura y agonía del sufrimiento, inocente y fresco como el rocío de la mañana.
La concentración es una actividad mental, en la cual yo decido el objeto sobre el cual me voy a concentrar; es detener y mantener la atención en un objeto específico predeterminado. Cuando se recoge toda la atención y se enfoca sobre un punto manteniéndola en él, aumenta el poder de la mente, la agudiza, da el poder de percibir un objeto con precisión, recibir la impresión con exactitud y retener eso, retener cuanto se haya recibido, cuanto se haya percibido. El estudio de la concentración agudiza la mente y la fortifica, puede estimular experiencias, pues hace a la mente muy sensitiva, desarrollando poderes mentales.
La meditación no es una actividad de la mente o del cuerpo; es un estado de ser en el cual toda la actividad mental llega a su fin. La mente deja de moverse. Voluntariamente recoge toda su actividad en sí misma y se queda en el centro, sin moverse en ninguna dirección.
La meditación no puede ser asociada con ninguna otra actividad mental; es un estado en que la mente no se mueve, en que el pensamiento y el tiempo llegan a detenerse, donde no hay ninguna presión, ninguna tensión del pensamiento, ninguna presión emocional y la persona está en una total relajación, una dimensión de relajación total en la que la energía no condicionada puede ser activada y movilizada.
La meditación es una exploración en una dimensión de la conciencia sin tiempo, libre del pensamiento, libre de la medida. Es una exploración muy interesante ir más allá de la mente, ir más allá del cerebro descubriendo las dimensiones del espacio interior.
Si a través de la mente y el cerebro, con la ayuda del pensamiento y las ideologías, no hemos descubierto la libertad, el amor y la paz, yendo más allá de la mente, más allá del cerebro, podemos descubrir una manera alternativa de vivir. La mente no está libre, y en el nivel de la mente, la libertad no parece ser posible, el amor no parece ser posible, la paz no parece ser posible, mediante la mente y el cerebro.
Seguimos postergando cuando nos atemoriza tomar una decisión. Sabemos que la decisión debe tomarse pero es desagradable. Con el aplazamiento de decisiones, con la postergación de la acción, estamos perdiendo la oportunidad de vivir hoy, porque nos desagradan las decisiones que nuestra propia inteligencia nos llama a tomar. La postergación significa crear un intervalo entre su comprensión y su acción y es muy perjudicial para el crecimiento interno y en el intervalo usted permite que prevalezca lo antiguo, la comprensión que ha surgido es relegada a último término.
No hay nada pequeño o grande en la vida. Todo es igualmente grande, todo es igualmente sagrado. La vida es sagrada, la totalidad de la vida es sagrada. Es sólo el toque de nuestra mente el que la desacraliza.
La libertad no proporciona consuelo alguno. La libertad es impredecible, la libertad es inseguridad, libertad es estar solo con la vida y responder a ella. Si uno tiene una visión de su vida entera, lo que uno desea en la vida, entonces se crea el orden de prioridades y, por lo tanto, no hay confusión.
Vivir en el momento en forma tan completa que no haya ningún deseo de mirar hacia atrás una vez que ya el evento terminó. Usted lo vive enteramente y muere a ello, queda libre, inocente y fresco de nuevo para vivir el momento siguiente. Es posible mantener el cerebro sin la tortura y agonía del sufrimiento, inocente y fresco como el rocío de la mañana.
La concentración es una actividad mental, en la cual yo decido el objeto sobre el cual me voy a concentrar; es detener y mantener la atención en un objeto específico predeterminado. Cuando se recoge toda la atención y se enfoca sobre un punto manteniéndola en él, aumenta el poder de la mente, la agudiza, da el poder de percibir un objeto con precisión, recibir la impresión con exactitud y retener eso, retener cuanto se haya recibido, cuanto se haya percibido. El estudio de la concentración agudiza la mente y la fortifica, puede estimular experiencias, pues hace a la mente muy sensitiva, desarrollando poderes mentales.
La meditación no es una actividad de la mente o del cuerpo; es un estado de ser en el cual toda la actividad mental llega a su fin. La mente deja de moverse. Voluntariamente recoge toda su actividad en sí misma y se queda en el centro, sin moverse en ninguna dirección.
La meditación no puede ser asociada con ninguna otra actividad mental; es un estado en que la mente no se mueve, en que el pensamiento y el tiempo llegan a detenerse, donde no hay ninguna presión, ninguna tensión del pensamiento, ninguna presión emocional y la persona está en una total relajación, una dimensión de relajación total en la que la energía no condicionada puede ser activada y movilizada.
La meditación es una exploración en una dimensión de la conciencia sin tiempo, libre del pensamiento, libre de la medida. Es una exploración muy interesante ir más allá de la mente, ir más allá del cerebro descubriendo las dimensiones del espacio interior.
Si a través de la mente y el cerebro, con la ayuda del pensamiento y las ideologías, no hemos descubierto la libertad, el amor y la paz, yendo más allá de la mente, más allá del cerebro, podemos descubrir una manera alternativa de vivir. La mente no está libre, y en el nivel de la mente, la libertad no parece ser posible, el amor no parece ser posible, la paz no parece ser posible, mediante la mente y el cerebro.
Seguimos postergando cuando nos atemoriza tomar una decisión. Sabemos que la decisión debe tomarse pero es desagradable. Con el aplazamiento de decisiones, con la postergación de la acción, estamos perdiendo la oportunidad de vivir hoy, porque nos desagradan las decisiones que nuestra propia inteligencia nos llama a tomar. La postergación significa crear un intervalo entre su comprensión y su acción y es muy perjudicial para el crecimiento interno y en el intervalo usted permite que prevalezca lo antiguo, la comprensión que ha surgido es relegada a último término.
No hay nada pequeño o grande en la vida. Todo es igualmente grande, todo es igualmente sagrado. La vida es sagrada, la totalidad de la vida es sagrada. Es sólo el toque de nuestra mente el que la desacraliza.
La libertad no proporciona consuelo alguno. La libertad es impredecible, la libertad es inseguridad, libertad es estar solo con la vida y responder a ella. Si uno tiene una visión de su vida entera, lo que uno desea en la vida, entonces se crea el orden de prioridades y, por lo tanto, no hay confusión.